Rectoría

Aprendamos estoicismo para usar mejor la realidad

  • Abr 06, 2025
  • Por: Rubén Darío Orozco Palacio
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Aprendamos estoicismo para usar mejor la realidad.

La realidad es el fenómeno más difícil de interpretar y, por ende, por su dificultad se nos presentan grandes problemas en nuestra relación con ella. Actualmente es mucho mayor la indicada problemática por el enorme cumulo de influencias y estímulos que recibimos a diario, merced a los avances tecnológicos, tan abrumadores, y los profundos cambios que suceden a raudales y a velocidades inusitadas.

El estoicismo es un paliativo surgido en la filosofía, bastante necesario y suficiente para enfrentar dicha problemática, que, si no la entendemos de forma correcta, tiende a apabullarnos y confundirnos. Tomemos el caso colombiano, que después de estar en los primeros lugares del Rankin mundial de la felicidad hasta el año 2022, bajó ostensiblemente hasta la mitad de la tabla en los dos últimos años. Ello indica la desesperanza y el agobio que padecemos, probablemente confusos por los embates del actual Gobierno, dispuesto a efectuar cambios no aceptados en buena forma por la población, en la susodicha realidad.

Para enfrentar y tratar de lograr tranquilidad en circunstancias como estas, es indispensable proveernos de un mejor espíritu crítico y el más fortalecido sustrato filosófico en cuanto a la interpretación de la realidad. Para el primero se tienen que ofrecer herramientas, por ejemplo, en el ejercicio de la lectura, la interpretación de conceptos matemáticos y de los fenómenos naturales en el sistema educativo, que siempre aspiramos a que sea mayor cada vez y mejor cualificado con el paso de los tiempos. Con respecto al segundo, la filosofía tiene en sus tesoros una de las mejores ofertas interpretativas, la del Estoicismo, que vamos a abordar en forma sucinta.

¿Qué es lo que afirman los estoicos? Ellos plantean que el objetivo en la vida es “vivir en concordancia con la naturaleza”, es decir, aceptarla tal cual ella es, no agregarle juicios de valor, de deseo o de miedo porque nos van a alterar innecesariamente. Esto lo argumentan diciendo que “los humanos somos criaturas pensantes”, por lo tanto, la razón gobierna nuestras decisiones y actos que realizamos.  Entonces llegaban a la conclusión que: “cuando razonamos bien sobre la vida y la vivimos de forma racional, mostramos la virtud de LA SABIDURÍA”. El ejemplo para aplicar en el caso de Colombia es cuando vayamos a elegir gobernantes, que lo hagamos pensando mejor, visualizando en forma detenida las propuestas y la trayectoria de los candidatos a fin de no equivocarnos si elegimos de manera pasional o atendiendo solo a las ideologías o las creencias subjetivas que tengamos, pues nos vamos a equivocar y lo pagaremos todos en la sociedad.

Para actuar con sabiduría el estoicismo adoptó la división socrática de virtudes cardinales: Sabiduría – Justicia – Moderación y Fortaleza. Con las dos últimas aprendemos a dominar nuestros miedos y deseos, a fin de superar las pasiones nocivas que interfieren con la habilidad, necesaria de adquirir para “vivir en concordancia con la Sabiduría y la Justicia”. 

La sabiduría en todas estas formas requiere principalmente que entendamos la diferencia entre cosas buenas, malas e indiferentes. El estoicismo trae el ejemplo: la virtud es buena, el vicio es malo y las demás cosas son indiferentes. Con la mencionada claridad llegan a su postulado central, que mantienen en su firme postura: “La virtud es el único bien verdadero”. Las cosas externas tienen cierto valor, pero no vale la pena cambiar este valor supremo por ellas. Sus adeptos filosóficos están convencidos que, si ponemos en un lado de la balanza la virtud y en el otro, monedas de oro, bienes y riquezas de todo tipo, ninguna de ellas inclinara el fiel de la balanza a su favor; si se pierde la virtud todo lo demás carece de mayor sentido o valor.

Tal vez la mejor enseñanza acerca de la realidad se expresa en la frase No son las cosas las que nos perturban, sino nuestra opinión sobre ellasdel filósofo griego Epicteto, estoico que vivió parte de su vida como esclavo en Roma. Noción de la escuela analizada aquí, que se adelanta a la neurociencia y deja claro que una cosa son los estímulos de la realidad y algo muy distinto son las interpretaciones y replanteos hechos por nuestro cerebro, de los cuales van a depender las respuestas que emitamos frente a tales estímulos externos. Conocimiento antes filosófico, hoy científico, que nos tiene que obligar a prepararnos con nociones muy objetivas, ciertas y demostrables con la razón y las evidencias para evitar dejarnos llevar por los cauces de las creencias, las simples ideologías y, ante todo, por las noticias falsas.

 width=Aprendizaje graficado en la neurociencia, que aclara la idea estoica acerca de cómo es en verdad la realidad, pequeña, pero al interpretarla la hacemos grande, significativa y caótica, en la interpretación cerebral con nuestra opinión, que es la que, en ultima instancia nos hace sufrir, angustiar y desesperar, como aquí se representa.

Además, el estoicismo y la actual ciencia de la mente nos hace énfasis en los aspectos que debemos atender, pues son los únicos que podemos controlar:

NUESTRAS ACTITUDES Y NUESTRAS ACCIONES. De ahí que la alerta máxima la tenemos que poner sobre ellas para evitar equivocarnos y comenzar a divagar y sufrir por otros aspectos, que no valen la pena, como las opiniones o acciones ajenas, porque sobre ellas no tendremos control jamás. Para el caso de un gobierno dañino solo tenemos acciones de grupo, como presiones concertadas para lograr algún cambio de opinión en él, que nos pueda favorecer. Solo resistirle y buscar reemplazo para mejorar en el futuro, que es lo que nos ofrece la Democracia.

A partir del breve esbozo, aproximado al pensamiento estoico, es posible hacer una adecuada interpretación de la realidad y de acuerdo con ella, la podremos afrontar en buena forma, pensando e indagando cuales son los tópicos que podremos tomar en nuestro beneficio, a fin de acomodarnos mejor en las variadas realidades que vivimos, subjetiva u objetivamente. Hacer así, un uso propicio de ellas nos hará crecer siempre como seres humanos reflexivos y pensantes, como bien lo afirma esta valiosa escuela filosófica, EL ESTOICISMO.

Rubén Darío Orozco P

Rector Anglo Español.