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  • Colegio Anglo Español

Sufrimos la posverdad

Cuando se hicieron públicos los Petro videos de la campaña política que condujo el politólogo Sebastián Guanumen hacia la presidencia de Gustavo Petro, se marcó un hito caracterizado por la desconcertante POSVERDAD expresado en la frase “(…) Y eso significa que, seguramente, la línea ética se va a correr un poco, pero no podemos no atacar y no defendernos”

Pues ese “correr un poco la línea ética” no es otra cosa que NO DECIR LA VERDAD, o decirla a medias o tergiversarla del todo, en beneficio de quien hace uso de LA POSVERDAD.

Repasemos un poco este fenómeno, a fin de identificarlo como manifestación central del actual gobierno y su pacto político, dado que ellos están convencidos de sus bondades, en tanto que la mayoría de los colombianos lo padecemos como un elemento dañino en el transcurrir cotidiano de las actividades y, ante todo en la economía, cada vez más disminuida.


POSVERDAD es asumir las circunstancias que nos rodean como algo en lo que no priman los hechos o datos verificables, sino el “adorno” con palabras llamativas, que alejan la verdad del significado real y conducen las emociones de quienes las escuchan, de tal manera que ésta, la verdad, se desplome y se imponga el alejamiento manipulado del conocimiento verdadero. En 2016 dicha palabra fue reconocida como el fenómeno del año por la Universidad de Oxford y se estableció como palpable la era en la cual los hechos son menos favorables para que los políticos y dirigentes conduzcan la opinión pública.


Lo anterior se traduce en que alguien avezado en elaboración de discursos apele con mayor facilidad, en forma privilegiadamente a estimular emociones que a generar inquietudes o retos de conocimientos verdaderos, lo que se convierte en muy peligroso, dado que la palabra se toma SÓLO como herramienta de manipulación y conducción al ser humano, con mucha mayor eficacia. El esfuerzo consiste, entonces, en saber usar palabras fáciles, emotivas; manejar datos ligeros, a veces imprecisos, pero con el objeto de manipular y atraer simplemente. No hay rigor ni respeto por la verdad, pues esta cae asesinada en este empeño facilista del conductor que elige LA POSVERDAD.


El Gobierno de Petro hace uso exagerado de dicha estrategia comunicacional, desde su campaña y en los dos años que se han cumplido de su mandato. Son recurrentes las mentiras y engaños acomodados, incursos en POSVERDAD, con los que se dirige a la nación, pero últimamente se ha empeñado en desvirtuar medios de comunicación y periodistas con mucho prestigio y trayectoria nacional. SE HIZO DOLOROSAMENTE famosa la increpación de varias periodistas mujeres con un desobligante y ofensivo epíteto, al identificarlas como “MUÑECAS DE LA MAFIA”.


Sin embargo, el mas grave y caracterizadamente dañino, por el peligro que encierra, es el que dirigió en un encuentro nacional de periodismo “alternativo” en Armenia, que dicho sea de paso le costó al erario publico la bicoca de 2800 millones de pesos, hacia los periodistas que lo cuestionan y/o critican por su mala gestión o la corrupción que rodea a su gobierno. En el mencionado encuentro pareció censurar a quienes asesinan periodistas. pero en realidad lo hizo hacia los que cometen este acto denigrante, el asesinar, a periodistas alternativos, rurales o pueblerinos, mientras no lo hacen con los que trabajan en los grandes medios, al servicio, según el, de los que detentan el poder del capital. O sea, no censura los asesinatos en sí mismos, como debiera ser, sino la selección del sector que escogen los asesinos y deja entredicho a quiénes, según él, se deben dirigir los asesinatos: los periodistas que le critican. ¡Gravísimo hecho de posverdad!


Con estos pocos elementos podemos señalar que padecemos y sufrimos, en carne propia, los perjuicios implícitos de la POSVERDAD. Nos corresponde a quienes volveremos a elegir gobierno en los próximos actos electorales, no caer en las garras de palabras emotivas, promeseras, que ofrezcan el paraíso pues ya sabemos por esta experiencia, que en realidad nos condenan a un infierno.


¡A elegir, pues, con el rigor de la VERDAD y no con la superficialidad de las emociones!


Rubén Darío Orozco P

Rector Anglo Español

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