Probablemente nunca en la historia de Colombia se había asistido a un escenario tan complejo, catastróficamente manejable en perspectivas de futuro. Estamos en la presencia del aumento exasperado de corrupción rampante en casi todos los sectores sociales. A ello se suma la presencia nuevamente de violencia y expresiones de criminalidad atroces, tanto en lo rural como en lo urbano. Frente a estas dos situaciones, nos convertimos en testigos de una inestabilidad descomunal en la organización político social del país.
Veamos esta foto que salió en las noticias mundiales por los desórdenes en las preliminares de un partido de fútbol entre la selección Colombia contra la de Argentina. Se volvió noticia mundial debido a los inconvenientes y las acciones escandalosas de aficionados, que demostraron no estar acostumbrados a seguir normas sino a aplicar la “norma” del “todo vale”, “el vivo vive del bobo”, el imponerse por la fuerza del tumulto y las vías de hecho. Representa habitantes de un mundo atrasado en otro mundo avanzado.
Este mundo atrasado, el de Colombia en el que no asumir debidamente las normas con tranquilidad y respeto, ha ocurrido un deterioro enorme en las tablas de valores de un sector de la sociedad, porque algunos grupos poblacionales han relativizado los principios y normas universales, a causa de un desmonte paulatino de ellos. Entonces es obligado hacer la pregunta que se hicieron en las redes sociales: ¿Desde cuándo Colombia se volvió así? ¿por qué ahora estamos atravesando por vergüenzas como esta?
Para aproximarnos a algunas respuestas procedamos a hacer comparaciones entre las características del país donde ocurrieron los hechos y las de nuestro país, para encontrar en ellas, las posibles causas formativas de las personas en ambos países:
La formación que ofrecen los pactos sociales o Constituciones:
EE. UU es el 2do país en construir el primer pacto, que se mantiene como el más antiguo, con enmiendas sí, pero no con cambios totales de Constituciones: mantiene la que les dejaron sus fundadores.
En contraste, Colombia es uno de los países que más constituciones ha implantado durante su historia.
La mayoría de ellas no son propiamente pactos sociales sino negociaciones y acuerdos entre las élites políticas y económicas, que en sí mismas se convierten en efímeras y pasajeras.
Tan solo la última, la del 91, sí respondió a un pacto amplio y, por ende, tiene visos de mayor permanencia en el tiempo.
2. Formación que propician o detienen los caminos de violencia transitados:
Mientras el transcurso histórico de EE. UU tiene sólo una gran guerra civil, entre Norte y Sur, el de Colombia ha mantenido guerras y conflictos desde el momento mismo de la Independencia, hasta los actuales momentos.
3. El terrible impacto social de la corrupción: Drama que Colombia ha padecido desde la conformación misma del Estado. Trauma formativo manifestado en trafico de influencias, compra de conciencias, tanto en el Congreso como a jueces y funcionarios de distintos niveles. Ello formó y estableció la peligrosa “cultura” de la trampa. Consecuencia más dañina: Debilitamiento a niveles famélicos de la JUSTICIA.
Así las cosas, hemos padecido desgracias formativas de la conciencia nacional, desde proliferaciones constitucionales, débiles, endebles en lo “pactado” socialmente; hemos sufrido gran cantidad de conflictos, que obligan a sobrevivir con formas acomodaticias, con las cuales las mentiras y el engaño se vuelven fundamentales; se nos ha formado en la atmosfera de la corruptela: asumimos como lo normal el traficar con influencias dentro del Estado, creemos que todos los mecanismos de trampa son válidos para lograr propósitos y, lo peor, nuestra justicia “existe” en lo físico, en la apariencia, pero con niveles de impunidad cercanos al 97%, NO EXISTE EN LA PRACTICA.
En consecuencia, corresponde a dirigentes políticos, empresariales, religiosos y, ante todo, al sector educativo, hacer su parte: NO CLAUDICAR ANTE LAS COSTUMBRES TORCIDAS, sino, al contrario, SER MAS FIRMES EN LA PRACTICA DE VALORES, como los de la Justicia, el respeto máximo a las personas y la honestidad a toda prueba para que, algún día, ojala no muy lejano, logremos formar conciencias de solidaridad, ausentes de la violencia y encaminadas al sacrificio por intereses sociales, lo cual redunda en construir, todos juntos, UN GRAN PAÍS que triunfe en lo deportivo, como la selección nacional de futbol y en los valores, que es lo más trascendente!.
Rubén Darío Orozco P
Rector Colegio Anglo Español
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