Rectoría

Democracia: crucial la división de poderes.

  • Abr 13, 2025
  • Por: Rubén Darío Orozco Palacio
Blog Image

Democracia: crucial la división de poderes.

Construir Democracia es la necesidad política más encomiable en la historia de la humanidad. Desde grupos organizados en torno al jefe o supremo sacerdote en el Neolítico, pasando por las civilizaciones griega y romana hasta la redacción de la Carta Magna en el año 1215 por los Barones de la aristocracia inglesa, la independencia norteamericana y la revolución francesa son hitos destacados para satisfacerla.

La ciudad de Atenas en la Grecia del Siglo V A. de C. se reconoce como la cuna de la Democracia occidental, a pesar de no serlo en forma plena pues era cumplida entre las clases más poderosas económica, militar y socialmente, ya que dejaba por fuera a los pobres, las mujeres y la enorme población de esclavos, así como los extranjeros (metecos) que abundaban allí durante esa época. Otra forma imprecisa de Democracia se lleva a cabo durante el periodo romano conocido como la Republica en la cuál el senado tenía la potestad de nombrar al gobernante denominado Cónsul, hasta la llegada al poder de Cayo Julio Cesar, quien se apropia de dicho poder y se proclama emperador con todas las atribuciones gubernativas, constituyéndo desde ese momento el conocido Imperio romano.

Más adelante, en Inglaterra, durante el año de 1215, se redacta un documento por medio del cual se le impone control al poder del Rey Juan I con el objeto de hacer las paces entre él y los barones que se le habían sublevado, inconformes con el aumento desmesurado de impuestos y otros factores determinantes en la administración del reino. El espíritu del documento continúa perfeccionándose por el Parlamento, conservando el nombre de Carta Magna o carta fundamental, que luego deriva en las Constituciones promulgadas en muchos países modernos, con carácter Liberal.  Los historiadores consideran que este es el origen de las democracias que conocemos hoy, con las variaciones intensamente replanteadas por los padres fundadores de EE. UU., quienes, al momento de independizarse de Inglaterra en 1776, establecen los principios de Libertad, igualdad y fraternidad, retomadas mas tarde, en 1789, durante la revolución francesa, que diseña la nueva forma como funcionarán los países que asumen el modelo estatal democrático.

Pero es “El espíritu de las leyes”, famoso tratado de teoría política y derecho comparado publicado en 1748 por el filósofo y ensayista ilustrado Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, la obra que diseña en forma muy clara la arquitectura de las Democracias modernas de acuerdo con sus planteamientos esenciales con respecto a la separación de tres poderes que las conforman: El Ejecutivo, El Legislativo y El Judicial. Las experiencias desde entonces son muy diversas, algunos Estados observan fielmente esta regla, mientras que otros, desafortunadamente la mayoría, no la toman en cuenta. Cuando esto ocurre se tergiversa la Democracia, cayendo en vicios conocidos como dictaduras disfrazadas de garantistas del poder “para el pueblo”, que terminan en enormes engaños, perjuicios y atrasos económicos, que solo producen atrasos y pobreza en todos los niveles. En la actualidad tal fenómeno degenerativo de la Democracia se aprecia en estudios como el que se visualiza en el siguiente estudio:

 width=Esta infografía muestra los países y territorios clasificados según el Índice de Democracia Global (2023) de The Economist Intelligence Unit.

Es notable que solo 24 países del mundo con calificados como democracias plenas:

Los escandinavos Noruega Finlandia y Suecia; varios de Europa occidental, así como Canadá Nueva Zelanda y Australia; Corea del Sur Japón y Taiwán; y en América latina tan solo Uruguay y Costa Rica.

Ellos representan tan solo el 8% de la población mundial. En estos países se cumplen a cabalidad los 5 indicadores que se usan para medir la buena salud democrática:  proceso electoral y pluralismo - funcionamiento del gobierno - participación política - cultura política y libertades civiles.

Allí vemos a Colombia en el grupo de las Democracias deficientes, lo que no es de extrañar sino, al contrario, deplorar por la gravedad que esto implica. Quiere decir que el mundo estudia y analiza aspectos malignos en nuestra “Democracia”, como la intención consuetudinaria del Ejecutivo de transar vulgarmente con los partidos políticos o con sujetos de esas colectividades a fin de que le apoyen proyectos de Ley a tramitar en el Legislativo, lo que debería ocurrir de manera independiente, contando con las convicciones planteadas en el corpus doctrinal de dichos grupos políticos.

Pero no solo este factor. Se hizo visible, y muy conocida, la corrupción rampante en el aparato Judicial colombiano. Es de público conocimiento lo que ha ocurrido con el deplorable ejercicio “judicial” del “cartel de la toga”. En este caso se hace alusión a la compraventa de procesos jurídicos al interior de la Corte Suprema de Justicia, consistente en las cuantiosas tarifas que cobraban los togados y eran pagados por sectores políticos inmersos en profundos y degradantes casos de corrupción a casi todos los niveles del Estado.

Así las cosas, en Colombia no se cumple la regla básica de las Democracias plenas, pues cuando el ejecutivo influye en el legislativo comprando conciencias, destroza la independencia entre estos dos pilares democráticos fundamentales; al agregar el nefasto “comercio” entre políticos o sectores sociales de otro tipo con los encargados de impartir Justicia, en el máximo tribunal del país, se llega a la destrucción total de la salud Democrática, que tiene entre sus necesidades indispensables, una Justicia Neutra, Pronta y eficaz, y al faltar estos elementos, la Democracias se ensucian en la atmosfera del vicio y otros elementos, de tal forma que se tiene que aplicar el doloroso dicho: “La Ley es para los de ruana”, queriendo decir que solo se aplica al pueblo y no a sus dirigentes.

Queda entonces la tarea de respaldar a los grupos de veedores ciudadanos y ONGs que se encargan de defender y luchar por la pureza y transparencia Democrática en todos los ordenes porque la historia ha enseñado que esta se pierde muy fácil, pero es MUY DIFICIL RECUPERARLA de las garras de cualquier tiranía. El mecanismo es sencillo: ¡elegir a conciencia plena a los dirigentes que nos van a gobernar!

 

Rubén Darío Orozco P

Rector Anglo Español